Desechos electrónicos

No actualices tu teléfono (todavía)

Esta transcripción proviene de un guión pre-escrito; puede no representar perfectamente el video terminado.

En los próximos meses casi todas las compañías van a lanzar teléfonos nuevos y van a alardear de todas las características increíbles de estos teléfonos nuevos para convencerte de cambiar tu teléfono viejo (o más o menos viejo).

Y reconozcámoslo: nos encantan nuestros teléfonos, especialmente ¡los nuevos! De hecho, el 84% de la gente no puede pasar ni un día sin enviar mensajes de texto, sin llamar a sus madres, sin navegar por la web o sin ver vídeos de gatos

Pero tu teléfono no es sólo un portal digital mágico, tiene un impacto en el mundo real más de lo que tú crees. 

Para fabricar un teléfono se utiliza casi el 60% de los elementos que se encuentran en la tabla periódica, y hacemos muchos teléfonos. Casi 1.500 millones de mil millones de teléfonos se fabrican y venden cada año, y los recursos utilizados para fabricar esos teléfonos son finitos. Incluso si reciclas tu teléfono viejo hasta el 35% de esos recursos se pierden en el proceso de reciclaje.

Por ejemplo, los metales de tierras raras. Sin ellos, tu teléfono no sonaría, tu pantalla no se iluminaría, y tu teléfono no sería tan útil como lo es ahora.

Pero las tierras raras son… raras, y su extracción requiere el bombeo de una gran cantidad de productos químicos agresivos en  un montón de tierra, produciendo residuos tóxicos, que dañan el medio ambiente y las comunidades circundantes.

¿Todo eso por teléfonos que sólo conservamos uno o dos años antes de tirarlos? Y sí, tiramos muchos teléfonos. Según la EPA, cada año se abandonan en Estados Unidos entre 130 y 150 millones de teléfonos.

Y, según el Foro Económico Mundial, “ampliar la vida útil de los smartphones y otros dispositivos electrónicos en tan solo un año puede ahorrar tantas emisiones de carbono como retirar dos millones de coches de la carretera cada año“.

Este año, en lugar de apresurarte a sustituir tu teléfono, intenta mantenerlo un poco más. Es una forma fácil de influir en el medio ambiente, simplemente… no comprando algo nuevo.

Créditos: Este artículo fue escrito por nuestro editor Michael Degnan y traducido por Mariana Roca.